El sigilo ha sido clave en varias transacciones en España que han tenido como protagonistas a Telefónica, Ferrovial, Iberdrola, Indra, Naturgy, Cellnex, Applus, Elecnor y a multinacionales como Vodafone y Rheinmetall.

El grupo estadounidense de confitería Mars sorprendió a los medios el 16 de noviembre al anunciar que Bekeeper (el apicultor) había llegado a un acuerdo para lanzar una oferta de unos 600 millones sobre Queen Bee (la abeja reina), dado el fuerte encaje estratégico y cultural entre ambas marcas.

Se trataba de un error: los encargados de elaborar el comunicado olvidaron cambiar los nombres en clave asignados en la negociación del Proyecto Colmena a las empresas implicadas: la propia Mars y Hotel Chocolat, una cadena británica de tiendas de bombones.

El caso refleja la importancia que las empresas dan a la confidencialidad de sus planes, para evitar filtraciones a competidores, inversores, periodistas o reguladores, ya que se espera al último minuto para desvelar los nombres reales de las firmas en liza.

En la órbita saudí

España no es ajena a esa tendencia de máximo sigilo. La gran sorpresa de 2023 se la llevó Telefónica el 5 de septiembre cuando Saudí Telecom Company (STC) reveló la adquisición de un 10% del capital de la operadora española por 2.000 millones de euros. Durante los cuatro meses de ejecución de esa compra intermediada por Morgan Stanley, STC fue denominada como Saturno en las comunicaciones internas, con Telefónica bautizada como Júpiter. Los planetas son todo un clásico en el vocabulario secreto del M&A, pero en ese caso no daban apenas pistas sobre quién podía estar detrás de ese asalto.

El sigilo también facilitó a Ferrovial urdir su plan de traslado a Países Bajos mediante una fusión con su filial internacional, el Proyecto UNO que dejó a cuadros al Gobierno español cuando se enteró.

Viaje de ida a vuelta por Europa

El tradicional uso de términos geográficos está siendo desterrado poco a poco, ya que a veces da demasiadas pistas. Pero Ferrovial, en la operación de venta de un 25% del aeropuerto de Heathrow, no pudo evitar un guiño al pasado. Cuando el grupo español compró en 2006 BAA -antiguo hólding propietario de esa infraestructura- su apodo secreto era Fráncfort, y sus socios de GIC y Caisse du Quebec eran Ginebra y París, respectivamente. Diecisiete años después, la empresa que preside Rafael del Pino ha decidido llamar Europa a la operación de salida del aeródromo londinense.

El juego entre las palabras españolas y anglosajonas también es un recurso habitual. Apollo llama plan Manzana a su opa por Applus porque la pronunciación en inglés de la denominación social de esta empresa recuerda a esa fruta (apple). Rheinmetall recurrió a un símbolo tradicional español al llamar Toro a la compra de Expal.

En otras de las grandes operaciones del año en España, es difícil interpretar qué había detrás. Zegona llamó Proyecto Vector a la compra de la filial española de Vodafone, mientras que Indra trabajó su entrada en el capital de ITP bajo el título de Proyecto Forest. El grupo Cellnex bautizó como Sway a la venta del 49% de su negocio en Escandinavia a Stonepeak. La subasta por Parkia, ganada al final por Indigo, se llamaba Dynamo.

Ebullición energética

El mundo de la energía está plagado de transacciones en 2023, y las renovables dan para nombres muy agudos. Naturgy calificó como Proyecto Vento a la compra de activos eólicos a Ardian; Endesa está vendiendo plantas solares en el Proyecto Ra; la venta de Amara a Cinven era el Proyecto Green; el traspaso de Windar a Bridgepoint se conocía como Surf; la venta de la eléctrica alemana STEAG al fondo español Asterion fue el plan Sunrise; y la puja por Enerfin, filial renovable de Elecnor, era Lighthouse (faro).

Luna de miel

Otras transacciones en el mismo sector tienen menos relación con el tipo de activos afectados. Iberdrola denomina Maverick a la búsqueda de un socio para sus renovables en Estados Unidos (quizá en honor a la última entrega de TopGun) y la misma empresa llama Cayetano a la ampliación de su alianza con Norges (el primer paso del acuerdo era Romeo). Repsol ha vendido el 49% de una cartera a Amancio Ortega en el Proyecto Ebro; y Naturgy llamó Colombo a la venta de sus clientes pymes en Portugal porque una de sus negociadoras se fue de luna de miel a Sri Lanka.

Repunte de las transacciones en otoño

El mayor optimismo en los mercados, sobre todo ante la perspectiva del final de las subidas de tipos de interés, se percibe en la actividad de M&A (fusiones y adquisiciones) en España.

Tras unos primeros ocho meses del año con pocas operaciones, el otoño ha vivido un repunte de las transacciones, con la opa de Telefónica sobre su filial alemana, el acuerdo de Zegona para comprar la filial española de Vodafone, la venta del 25% de Ferrovial en Heathrow, la oferta de Helena Revoredo sobre el 15% de Prosegur y la posible oferta de un inversor húngaro sobre Talgo.

Según datos de TTR, el valor de las transacciones en el mercado español entre enero y noviembre se situó en 79.303 millones de euros, todavía un 10% por debajo respecto al mismo periodo de 2022. El número de acuerdos anunciados en los once meses alcanzó los 2.579.

Source: Expansión - Espanha